jueves, 9 de septiembre de 2010

El Fin de los "Ensayos Desesperados"

“Al fin los pájaros de la cabeza volaron al papel, de aquí hasta la vuelta y más tarde”

ESCRITO DE UN JOVEN DE 16 AÑOS (DÍAS DE NO SÉ QUÉ)

A mi juventud filosóficopoéticatrovadora

Hay días en que somos felices, otros nos llenamos de angustias, de amargura y tristeza, otros dichosos de alegría, tenemos días buenos, malos y peores, algunos estamos enamorados y otros llenos de desdichas, en los días buenos damos gracias a Dios, y en los malos nos quejamos de él, sentimos envidias de nuestro hermano de al lado (suena a algo religioso ¿no? Pero mis amigos no se asusten) que si bien tiene un carro muy bonito o una mujer hermosa o un hombre esbelto, que tal o cual gana más que yo, o si lo miras bien encuentras en él zapatos tan bonitos, seguramente son caros y comenzamos a pensar, nos enfermamos y comienza la guerra interna del ser, los comenzamos a mirar con odios y rencores, intentamos que queden mal e inventamos una serie de historias, solo para dañarlos y así satisfacer la sed de venganza, una venganza que la crean para no sentirse tan miserables ante los demás, peor aún, no podemos darnos cuenta y es porque no queremos, desdeñamos nuestros corazones volviéndolos oscuros y luego vamos a golpearnos el pecho en una iglesia sin reflexionar los daños que hacemos a nuestros hermanos, con estos ejemplos pequeños quiero demostrar como la sed del poder hace sobresalir nuestras pasiones mas bajas.
Vivimos en sociedades llenas de clases sociales, que si bien hay ricos, adinerados, de economía estable, pobres y más pobres, a esto llamémoslo la barrera del “factor económico”. Son las creaciones hechas por personas de un mundo, y sin ir tan lejos, personas de una misma sociedad, instituyendo grupos que intentan acabar con los otros, creándose una guerra interna subjetiva, por ende la necesidad de subsistencia y comienzan a trabajar en la objetividad estos grupos antagónicos, el que tiene dinero muerde al que no tiene, extrayéndole la pulpa de su sacrificio, de su sudor y de su cansancio, con el firme propósito de obtener ganancias inimaginables, de vivir mejor a costa del sudor de la gente, estos perros come huesos, son los precursores de la ignorancia de la gente, para que así sigan siendo explotados y queden como siempre miserables, humillados y sin derechos.
La felicidad no proviene necesariamente del dinero y con esto mucho ojo, por lo general el que tiene el dinero quiere hacer más dinero y el que no lo tiene quiere tenerlo para ser por lo menos un día feliz, claro que la preocupación antes de ser feliz es la de comer.
A que no adivinan quien se divierte y disfruta más la vida. Pues aquel que sabe que para vivir mejor no es necesario tener millones, sino ver la vida tal y como es, como nos da todo lo que tenemos, saber que es rico todo el que quiera creerlo. ¿De qué ha servido el dinero? Si, alguien dirá para comer, tiene toda la razón pero de allí no pasa y no pasará nada, porque la felicidad no se la compra con dinero, o de que serviría tener mucho dinero si eres una persona sola, o lo peor de todo, nadie te quiere, has acumulado dinero para que otros se peleen por él, creando rencores y envidias entre tu propia familia.
Encontré el caso de un payaso en un parque que me dejó impactado en su reacción sorpresiva, cuando antes de su función comenzó a recibir el dinero en su sombrero de payaso, una vez recogido este y dentro del corro que habíamos hecho para que comience la diversión, el botó el sombrero con el dinero en el centro del circulo y gritó muy fuerte y en una expresión llena de una mezcla de tristeza y alegría, dijo: “maldito dinero, te odio” y se alejó de él y luego regresó corriendo y se lanzó sobre el sombrero como loco y le dijo al mismo, “si, dinero, te odio, pero te necesito”.
Es verdad necesitamos el dinero para vivir en unos casos y en otros para sobrevivir, pero, hasta donde llega el poder del dinero que crea guerras internas no solo entre las clases sociales, sino dentro de la misma familia, claro no en todas pero siempre se dan los casos de las peleas por las herencias, pugna entre hermanos por querer tener más, olvidándose de la hermandad, de la calidad de hijos y comienza la pelea contra la sangre, movidos por la ambición del poder, ahora espero que me comprendan cuando menciono que el poder revela nuestras bajas pasiones.
Muchas veces creemos que el dinero lo es todo, pero no es así, y lo deben saber muy bien, no todo se compra con el dinero, habría que buscar un método para comprar la felicidad pero con algo que no sea dinero, por ejemplo yo compro la felicidad que tu me das a cambio de que yo te venda la felicidad que pueda ofrecerte, suena tonto ¿no? Pero como soñar no cuesta nada, tengo derecho a decirlo.
Por tener o no dinero no te cambia la calidad de humano, es lo que tenemos que meternos en la cabeza, muchos de nosotros que nos hemos olvidado de esa condición de humanidad, de bienestar mutuo y de hermandad.
Conozco casos de personas que han sabido surgir de la pobreza, y bien por ellos, mi crítica es cuando se olvidan de donde vinieron, de sus raíces, y no sé que les cruza por la cabeza cuando se olvidan de saludar, tal vez ellos piensan que el saludo y la educación es sinónimo de pobreza, o de rebaja para los iguales que fueron un día a él, pero allá ellos, me dan pena.
Es decir, el hombre en un país o en cierto sector de tierra, debe clasificarse y ponerse barreras, otro caso que me permito escribir, claro que no le pido permiso a nadie, ya que al que le duela leer esto es porque tengo razón, está el de las personas que por falta de comida o por la necesidad extrema, hace que la pobreza los lleve a cometer un robo, no importa si es grande o pequeño, no importa si sólo fue una manzana, por ese simple hecho lo tildamos de ladrón por toda su vida, no es que apoye la delincuencia, sino que en la clasificación en la que todos nosotros los ponemos, claro y de allí nos quejamos que no hay rehabilitación en las cárceles, cuando nosotros mismos nos preocupamos de tacharlos más que en ayudarlos a superarse, aun peor, cuando nos olvidamos de aquellos que nos robaron con guante blanco, y para ellos perdemos la memoria, tal si no pasara nada, en algunos casos incluso vuelven como héroes, hablo por los muchos casos que se han dado en mi querido Ecuador.
Un grafiti en una cárcel boliviana, que me sorprendió con demasía fue:
“Aquí en la tierra de la tristeza, no se juzga la delincuencia, sino la pobreza”
Tenemos mucha culpa de tener esta sociedad así, tan a la debacle, nos imponemos ideologías estúpidas y respetando como al que más a todos esos pensadores y filósofos del mundo, pero para que sirve dividir al mundo entre socialistas, capitalistas, feudos, etc. nos dedicamos a criticar a luchar, pero no nos damos cuenta que nos estamos dividiendo nosotros mismos, sino por qué creen que ningún sistema ha durado lo necesario, cuando entre los mismos luchadores por ostentar el poder se dividían y terminaban en odios, muertes y los pueblos más divididos.
Uno de los problemas grandes a mi parecer después del factor económico es la religión, pero que daño nos hacemos de nuevo con estas barreras que nos imponemos, yo soy muy respetuoso de la religión, y si alguien quiere practicarla no me importa y no soy nadie para entrometerme, mejor cuando es de corazón, pero no nos pongamos en el papel de fanáticos y comenzar a denigrar a las otras aduciendo que son hipócritas, que se equivocan en su forma de predicar o lo peor insultar a aquellos que no creen en un Dios tratándolos de ignorantes y animales.
Siempre pensé que la masacre más grande se había dado en la segunda guerra mundial, pero hoy me enteré que es diferente a lo que se pinta, la peor masacre se dio en los tiempos de la inquisición, una guerra nacida desde lo más alto de los generales religiosos, y como lo pasado es lo pasado tal vez no critique eso, solo digo que no deberíamos ser hipócritas, aceptar las verdades y dar paso a otras opiniones sin ser radicales.
Desde niño escucho que existe un solo Dios pero desde mi punto de vista, si hay un solo Dios, hay que dedicarse a quererlo, a adorarlo a venerarlo, no creo que ese Dios quiera ver a sus hijos divididos.
Otra barrera innecesaria impuesta por nosotros, por querer creernos grandes, es la de las fronteras, ¡que si mi país es más poderoso ! o ¡que mi provincia es demasiado pequeña!, que si bien yo soy de un país desarrollado y tu eres un muerto de hambre del subdesarrollo, que tantas guerras se dieron por tener este poder, el poder de ser nación o estado poderoso, creando destrucción a su paso y muerte, en mi país y creo que en todo Sudamérica se le da mas crédito al turista que al propio nativo, ¿acaso ellos son mejores que nosotros?, pues para mi no, y tampoco digo que sean peores, son iguales, con el hecho de ser humanos creo que nos da la igualdad.
Qué decir de los idiomas, claro, ustedes dirán, está bien, es indicativo de identidad, pero de que te sirve si nunca lo vas a entender, acaso no seria mejor tener todos una misma lengua y estar cerca siempre del mundo, cosa que si quieres viajar a Roma no hay problema sabes el idioma, sonará a envidia pero me fijo en los perros, que si bien no tienen razón o no se la ha demostrado aun, ellos si son de Perú, se entienden con un perro de Irlanda o de Alemania, ellos no saben de idiomas, pero si saben entenderse entre ellos.
Barreras racistas que entre la propia gente de una “misma clase” existen, que decir si eres blanco y yo negro, cabeza rapada, o amarillo, distinciones de color que me dan mas asco que cualquier otra cosa, cuantas matanzas, algunas a placer, y comenzamos con los “grupitos” y les ponemos nombres que cucosclanis, que mexicanos del norte y del sur, vikingo cabeza rapada, sudamericanos, norteamericanos, europeos, asiáticos y muchos que se me escapan de la cabeza, como si todos no tuviéramos las mismas necesidades, la misma vida, los mismos sentimientos, el color es solo un color y queda allí, darnos una mezcla universal y ser todos grises, y aun así existirían que el gris oscuro y el mas oscuro, verdaderamente somos repudiables todos.
Tantos problemas que se me pasan por la cabeza y no avanzo a escribirlos todos, y seguramente mas de uno estará enojado y ciertamente comentara o pensara que soy un idiota, y seguramente lo soy, pero un idiota que escribe el sentir de rabia, de coraje por todo lo que hacemos y lo que destruimos, ya lo decía Hobbes, “la guerra es de todos contra todos”, y “el hombre es el lobo del hombre”, yo no sé si el hombre es malo por naturaleza o es la sociedad al que lo corrompe y no me importa, solo me interesa que todos seamos felices, no Sudamérica, ni América, ni Europa o Asia, África, u Oceanía sino nuestra única tierra, el mundo y nuestros hermanos todos los seres humanos.
Al tocar el punto de Hobbes no me refería a la República en sí, ya se imaginaran el libro de Leviatán, al tomar como referencia la actitud humana que se emplea en cada sociedad, por eso me tomo la atribución de hablar de los políticos, si, aquellos que nos gobiernan, que se establecen mas que con fines de ayuda, es el lucrar del pueblo, pero dejemos eso a un lado por el momento, hagamos caso omiso a este punto, pero duele saber que hay tantas tiendas políticas llenas de chupa sangres como podemos imaginar, y si bien nos dan la oportunidad de poder elegir a nuestra conveniencia en algo llamado “democracia” o algo así, estos ganan y se creen los poderosos del territorio, poder que hace disipar sus verdaderas intenciones y comienzan a gobernar para un cierto sector y nuevamente podemos observar la elite clasista y esto se lo hace a conveniencia, ahora ¿qué es lo que pasa con los perdedores? Pues nada, en vez de unirse aquel régimen y ser fiscalizadores de aquellos que actúan en el poder con critica constructiva y sana, lo único que hacen es criticar e intentar dividir al país y esto no es para bien, o bien para ellos para tratar de obtener el poder desde un punto de vista diferente tratando de derrocar ese régimen y crear uno nuevo en beneficio propio, estas criticas destructivas echar por tierra esa denominada democracia y crean dudas en todas las personas de aquella extensión de territorio; por qué no mejor dejar de un lado esa obsesión de poder y ser colaborador, apoyar dando una mano sin dejar al lado el sentimiento de justicia colectiva y la intelectualidad.
No es que sea psicólogo para analizar la conducta de todo un mundo y tampoco soy sociólogo para saber de los problemas que nos rodean, pero tengo ojos y sentimientos oprimidos desde hace dieciséis años y la memoria guardada en los libros de historia que me han enseñado que desde los tiempos mas remotos, el hombre por la ambición de poder ha creado las mas atroces guerras por ser dueños de mas y mas, “el que más tiene mas quiere” y que con el paso de la tecnología vamos empeorando en un mundo mas servil y mas esclavizante, es decir, todo lo que crea el hombre es para su propia destrucción, y no podemos crear nada porque otros lo utilizan para el dolo, sino ¿de dónde creen que nacen los Nobel?
Hay un tema que no me gustaría tratar y es por el dolor y la amargura que me causa de solo escribirlo y verlo casi todos los días, es de aquellas personas con problemas corporales, y que los denominamos “discapacitados”, si, aquellas personas iguales a nosotros los que supuestamente somos perfectos. Tal como lo veo, hemos vuelto a los años de las guerras mundiales siendo nazis excluidores, no les damos oportunidades por que queremos que sean súper hombres, es algo así como el chiste idiota, “ningún lisiado es bueno” y ¿por qué? Porque es lisiado. Nosotros los excluimos y les damos el trato de basuras, en un trabajo pensamos que ellos no rendirán al máximo y que mas bien nos traerán problemas, a los que pensamos así me he permitido autodenominarnos “discapacitados mentales elitistas”, los vemos como una carga y una mala fachada en un mundo supuestamente perfecto, verdaderamente somos así, y no cambiaremos hasta darles lo que se merecen y esto es igualdad sin tachas.
Seguramente mas de uno ya dejó de leer por que duele la verdad, y no me importa, así lo lea una sola persona, yo sé que de alguna manera podré llegar a él, con la esperanza que en alguna oportunidad pueda escribir todo lo contrario a lo que ha leído aquí, me llenaría de satisfacción única.
Y podrán decir que lo que escribo es muy trillado, pero para mí no es imprescindible, y de ser necesario volvería a escribir esto y nadie podrá cortar las alas del pensamiento y el sentir plasmados en papel.
Algún día alguien me dijo que solo escribo tristezas, y viendo este mundo tan de cabeza pues es muy difícil darle gusto a esta persona y escribir diferente, ya sé que me llamarán sufridor y a mucho dolor tal vez tienen mucha razón y en este momento ya no escribe Byron Torres, sino su corazón, el mismo que dice que no valen mil palabras y mil libros cuando no podemos cambiar lo escrito, me gustaría no tener razón y que este escrito sea pura falsedad o por ultimo pura fantasía, pero sería mentirme y mentirles a todos ustedes, tal vez no estén de acuerdo conmigo o parcialmente me den la razón, pero ¿qué es tener razón o quién tiene la razón? Pues eso queda para el corazón de cada lector, ella dicta eso, no yo, ni ustedes, intentar conciliar una sola respuesta universal sería como querer aceptar cosas que no creemos, sería dejar de existir y por ende dejar de pensar, yo sólo dejo la puerta abierta a mi razón y verdad.
Pero me pregunto a mí mismo, ¿cómo mejorar lo escrito y hacer que no valga nada de esto? Con mucho dolor no tengo una respuesta, de lo contrario este escrito sería perfecto, si no fuese verdad, como imaginación, como algo inexistencialista y tal vez como burda e insolente creación nauseabunda, pero pienso que existen razones para hacerlo, escribir y poner con grito al aire las verdades que nos amarran y ciegan, mismas que nos llenan los ojos de niebla, teniendo solo neblineros para ver el único camino que queremos y la meta que nos mueve a llegar rápido sin que importe el pisotear a quienes no puedes ver, a sabiendas que existen, es la ceguedad llevada por las razones de intentar ser el primero y el único en esa meta.
Realmente y aunque piensen lo contrario, no intento hacer daño a nadie, las personas que hacemos daño somos responsables no solo de nuestros actos sino también de los resultados que no solo se impregnan en nosotros, sino en todas las personas a las que rodeamos o nos rodean, casos de niños sin futuro, por el hecho de quedarse sin un ambiente sano, de quedarse sin los alimentos básicos que amablemente nos provee la naturaleza, la destrucción del medio ambiente es uno de los crímenes mas espantosos que ocasionamos, muchas veces por ignorancia, pero en repetidas veces y en mucho mas grado destructivo, es el querer hacer dinero con los recursos, flora y fauna cada vez mas disminuida, por ende menos vida natural y menos vida humana, se reducen cada vez mas las posibilidades de existencia, y se crean nuevas enfermedades y como recursos curativos no existen, pues solo queda esperar la muerte lenta, trágica y dolorosa, o a su vez como los medicamentos son muy raros y escasos “estos tienen un valor elevado, que es accesible solo para los que no tienen dinero”, ja que irónica e idiota es esta broma, me acabo de sentir muy mal, perdónenme ustedes, pero lo cierto es que la gente necesitada se muere cada día por el hecho de no tener para estos suministros por el alto costo que significa comprar esto, por eso yo no me doy el lujo de enfermarme, y cuando te toca, o esperas la muerte sentado en tu sillón que por poco y se quiebra, o tienes que ir a robar para poder sobrevivir al menos por un tiempo más, y pobre si te atrapan los señores gendarmes, no queda mas que agachar la cabeza, aceptar la derrota y morir en el agujero negro, cosa que nunca pensaste que ocurriría cuando eras niño, se acaba de esfumar ese sueño de ser bombero, piloto, veterinario, o quien sabe un medico de lo mejor.
Guerras por el mundo, sean internas, intelectuales, entre hermanos, amantes, guerras frías y calientes, para servirse o para llevar, las económicas, las de índole religioso, las de tinte imperialista, y las guerras que se puedan imaginar, pertenecen a una sociedad poco humana, cuando reviso en el diccionario la palabra humano, nos da muchas respuestas, como, pertenece al hombre, o comprensivo, sensible a los infortunios ajenos, realmente conceptos que quedan en letra muerta y que no son correspondientes a las verdades que vemos.
¿Qué es ser hombre? Te has preguntado alguna vez si eres hombre o solo un ciudadano, según la clasificación del maestro Cabral, pues el dice, “que para ser mejor hay que ser mejor y no depender de esa maza llamada estado, donde maman la teta los ciudadanos pero en el cáncer del hombre”, es decir, para ser hombre tienes que amar la vida, pero tu vida, no la de los otros, entregándote a ella trabajando y buscando la felicidad sin hacer daño a otros y mas bien repartir esta felicidad a quienes no la tienen, no por caridad, sino por amor.
¡El amor!, palabra llena de múltiples significados, eso es lo que nos hace falta, en el corazón de cada uno, de cada pueblo, de cada nación, de cada mundo, ya que sin amor en la vida nada es posible.
¿Y los niños? Alguien pensó en el ejemplo que les estamos dando, en vez de mejorar nuestra raza, la vamos empeorando con tanto programa basura en la televisión y en horarios accesibles para jóvenes y niños, así no se mejora el mundo, así se lo empeora, observamos como nuestro padre maltrata a nuestra madre y lo repetimos con nuestras esposas y nos desmoronamos y se cae el alma vencida a un piso sin fondo, y seguirá cayendo hasta el final de esta mal llamada humanidad.
Ahora que hablo de los niños aquellos destellos de luz, recuerdo ayer en la cafetería, aquel niño que sentó a mi lado para que le comprara un chicle, lo hice, y una vez vendido, saco todos los chicles de la caja, y comenzó a contarlos, y al acabar, le pregunte cuantos quedaban, me respondió “cuarenta y nueve”, se comió uno él y me dijo, “ahora cuarenta y ocho”, y ¿cuántos vienen en la caja? “Cincuenta”, me respondió sin vacilar, le pregunte si la había abierto recién a la caja, y me dijo que no, que había sido en la tarde y que ahora tenía un problema mayor, le pregunte: ¿cuál? me respondió con la cabeza gacha, “es que no se como pagar el chicle que me comí y ahora mismo mi papá me está esperando en la casa para castigarme por que solo llevo dos dólares y a el no le gusta que llegue con menos de cinco.”
Así es como la vida sigue y sigue sin tener ninguna clase de sentido, abarcando lo malo y ensañándose contra el tesoro más grande que tenemos, que es nuestra descendencia, sin dejar de lado nuestra estupidez de naturaleza oculta, sin dejar esperanza en las nuevas épocas de locura infaltable de alegría en los abrazos de quienes adoramos, a quienes amamos, a quienes ya no odiamos a quienes ya no despreciamos.
Una de las palabras que mas he repudiado en mi vida es ODIO, entendiendo el deseo dañino en contra de alguien, quien o quienes, ¿cómo borrarla del diccionario, de nuestras mentes y mas aun de nuestras almas?, borrar aquella frase de “amargura en el corazón” tratar de olvidarnos de eso y del dolor, tener siempre en la boca y en el corazón un deseo que se vuelve irresistible y sin pensar que es utopía, decir solo amor.
Tal parece tengo bronca en las manos, así mismo humillación en mi corazón, también he sido una persona de lo peor, me he comportado bastante mal, y sabiendo que nadie es perfecto, que todos hemos sentido en nuestras almas el amargo sabor de la decepción, del odio, de la estupidez, tenemos que cambiar, sea ahora o ahora, comencemos desde cero todos, para esto propongo algo:
Comencemos con un feroz abrazo, para sentir el calor y el amor, de esta manera unir nuestras almas en una sola, en ese momento entenderemos lo buena que es la vida, nos dará este abrazo con nuestros hermanos y no solo los de sangre, fuerzas para seguir con nuestras vidas, el apoyo incondicional, nos fortalecerá en salud, en carisma, el abrazo lleno de sinceridad te lleva a la gloria, solo tienes que intentarlo y verás cómo este abrazo es la solución a muchos de tus problemas, te darás cuenta que borra las barreras de los idiomas, de las ideologías, con el abrazo te enriqueces y llena los vacios de las caristias que siempre has sentido que tienes, se disolverá la soledad y las angustias, así como veras florecer las buenas intenciones de la verdadera persona mismo que te lo dicta el corazón.
Unamos nuestras voces en un solo canto, y con gritos digamos, ¡viva la vida!, fuera la tristeza, que viva la felicidad, que muera el odio y las envidias, que vivan los niños que tenemos dentro, que muera la vejez que nos carcome, y musitar que viva solo el amor.
Apretémonos las manos tan fuerte convirtiéndola así en una cadena irrompible, cadena de poder curativo que por donde pase deje sembrando su poder humanista, y que se adhieran a esta muchas manos, convirtiéndonos en un solo puño que destroce de un solo golpe la ignorancia, el odio, la avaricia y todos los sentimientos malos que se ocultan cobardemente en nuestros corazones.
Amarnos unos y otros, besarnos y transmitir la tranquilidad, la paciencia y el cariño.
Amate por quien eres, por lo que puedes dar, escribamos un nuevo mundo con el lápiz de la paz, de la confianza mutua, de la dicha, seamos mundo, hermanos, humanos, seamos todo lo que queremos para bien.
Cada vez que veas un niño, acuérdate que tú pudiste ser él, y dale el cariño que necesita, acuérdate que él también puede tener el sueño de ser tú, y seguir con la cadena de bondad, esa que está en estos momentos ocultos en nuestros corazones, y que debemos aflorarla, es el momento, no mañana, mañana tal vez sea muy tarde, abraza a tus hijos y hazles sentir que los amas, abraza al niño de la calle y explícale que tiene un gran futuro, ellos no lo saben, enséñales a vivir y diles que este es un mundo lleno de maravillas, que solo es necesario verlas, abrir los ojos y comenzar a trabajar en los sueños, enséñale a amar la naturaleza y a cuidarla, entrégales tu corazón y tu apoyo, eso no te cuesta nada, tu lo sabes.
Baila en la lluvia y disfruta, piensa que cada día es el último, vívelo sanamente, enamórate, coquetea con la vida, ámala, ama a tu mujer y tu marido, recuerda que no son costales de boxeo, dales amor y enséñales a amar como tu quieres que te amen, no te dediques a hacer de sus vidas miserables, acuérdate del buen Saramago: “Hoy existen dos superpotencias en el mundo, la una es Estados Unidos, y la otra eres tú” así que da felicidad, la muerte queda para otros que no saben entender el amor de Dios o su amor propio.

TÚ ERES VIDA

¡Soñando también se llega al cielo!
Me gusta caminar, lo hago desde hace tres años, nunca me ha gustado el sol porque me hace transpirar demasiado, camino por los parques de mi pequeña ciudad, salgo a las seis de la mañana y camino hasta las siete, llego a mi casa, tomo una ducha, me pongo el traje de ese día, gel para el cabello, desodorante y algo de perfume.
Tomo el bus, se demora más o menos veinte minutos hasta que me deja a dos cuadras del trabajo, entro a las ocho, nunca he llegado tarde a mis labores, soy abogado en libre ejercicio, trato con tantas personas en el día que muchas veces me harto de ellos y los veo como molestos seres.
Son las doce y regreso a casa, otros veinte minutos de viaje, almuerzo, por lo general es comida chatarra, porque es fácil y rápido de hacer, por mala suerte no tengo tiempo de cocinar, son veinte a las dos, tomo el bus de vuelta al trabajo, estoy en la oficina hasta las seis, salgo de allí, tomo el bus y emprendo el regreso a casa.
Me pongo a leer hasta las ocho de la noche un poco de doctrinas jurídicas, leyes y demás, a las nueve me fumo un cigarro y comienzo a leer un poco de literatura hasta las diez, a las diez y cinco me lavo la cara, los dientes y me acuesto a dormir
En esos momentos es cuando comienza mi vida, veo a mi esposa, nos citamos todos los días a las diez y veinte, ella siempre tan linda, tierna y cariñosa, conversamos y comenzamos a besarnos como si fuera la primera vez, nos amamos, nos adoramos, nos encarcelados uno en el otro, en un mundo tan pequeño de un cristal irrompible, no puede escapar ninguno de los dos y lo cierto es que nunca queremos, es un mundo tan solitario y tan lleno, tan deshabitado y tan completo, volamos juntos como siempre agarrados de la mano.
Se levanta a las seis de la mañana la escotilla como siempre y sin querer regreso a mi pesadilla, no sin antes decirle cuanto la amo y cuan triste es dejarla, ella queda llorando al igual que yo en mi regreso.
Me despierto con lágrimas en los ojos, y me odio por un momento, comienzo a caminar, regreso tomo el baño y salgo a trabajar, almuerzo chatarra, vuelvo a trabajar, y en la noche leo leyes y literatura.
Procedo al regreso de mi vida primera y bella, a las diez y veinte me encuentro con mi linda, hasta ahora nunca me ha fallado en alguna cita, siempre puntual como sabe que me gusta, bailamos y reímos, nos amamos.
¿Cuando podré escapar de una vez por todos de esta maldita pesadilla?, llena de desgracias, de soledad. Amada mía, ¿Cuándo podré encontrarme contigo en la vida eterna? ¿Cuando podré salir de esta prisión? porque acá te busco y te busco mi amor y no te encuentro.

LAS ESPINAS

Las espinas de aquellas rosas que le regalé a mi novia las guardé en mi bolsillo derecho, era algo un poco extraño y medio loco, las rosas se las entregué como signo de mis buenos sentimientos y sin entender el por qué de su actuación las lanzó al piso, se rió estrepitosamente en mi cara tal si yo fuera su bufón privado, se dio vuelta, entró en su casa y con violencia cerró la puerta, yo agaché la cabeza y di el vuelco por el camino que había llegado, resolví caminar por las calles que se iban nublando en mis ojos, recordé que había dejado las espinas en mi bolsillo y las aplastaba en mi mano derecha, sentí que bajaba algo húmedo de aquellas espinas, y mi bolsillo tenía una especie de líquido, al sacar mi mano de aquel bolsillo estaba toda ensangrentada, nunca sentí ninguna especie de dolor, abrí la palma de mi mano y observé que las espinas estaban muy metidas en la carne.
Por un momento me espanté al ver tanta sangre que se había escurrido por todo el pantalón, pero seguí mi camino sin importar, algunas de estas espinas estaban muy adentro, tanto que se habían perdido, quise que todas estuvieran así y las aplastaba como clavándolas, me sentí lleno de otra especie de sentimiento adverso que no era tan cruel como por el que había pasado humillantemente.
No avance a contarlas cuantas eran, pero la palma de mi mano se convirtió en una sola masa de carne y espinas, me topaba sádicamente y era un sentimiento muy delicioso, casi excitante, llegué a casa todo embadurnado en sangre, me senté en el sofá y caí rendido en un sueño que se hacía cada vez más pesado, no aguanté y me desmayé.
Sin saber que pasaba con mi vida, me levanté al otro día, me dolía la mano quizás con demasía, me quedé sorprendido cuando con miedo vi mi mano y estaba completamente ilesa, mi pantalón lleno de sangre y mi camisa de la misma manera, metí mi mano en el bolsillo y estaban las espinas intactas tal como las había guardado aquella vez.
Era algo demasiado extraño, y estaba seguro que no era un sueño, habían pruebas, y estaban allí frente a mí y me puse a analizar todo el día aquella sangre que estaba enraizada en mis prendas de vestir, inclusive no fui a trabajar, me dolía la mano pero no tenía absolutamente nada, estaba como siempre, callosa y rasposa, pero no pude encontrar lógica, entonces creí que era una persona con poderes sobrenaturales, y que estaba destinado a ser un héroe (como los que se encuentran en los comics), así que la mejor forma de saberlo era haciendo la prueba, me mutilé el dedo índice con un machete de cortar y matar reses, me desmayé del dolor y del sangrado masivo que tenía, me levanté sin fuerzas en la noche de ese día, vi mi dedo y en realidad estaba mutilado, no había cambiado en nada, con pocas fuerzas llamé a urgencias para que me internaran y emergencias llegó en diez minutos, esperaba que fuera un sueño por el que estaba pasando, pero no fue así, a los dos días salí de la clínica con la mirada en el piso y menos un dedo.
Era imposible no pensar en eso, era completamente deprimente no saber que me estaba pasando, o que verdaderamente me había ocurrido, las preguntas de todos por el hecho pasado eran respondidas con una mentira porque seguramente pensarían que estoy loco, y aunque yo lo había pensado también, no quería disipar esta duda con nadie.
Pensaba tanto es esto, que realmente estaba llegando hasta la locura, y lo peor era la depresión en la que me estaba sumiendo, veía mi dedo mutilado de la mano izquierda y me desconsolaba pensar que por un momento tal vez de estupidez, iba a ser infeliz toda mi vida, creció mi barba, comencé a beber aguardiente de caña, perdí mi trabajo, vivía solo sin el consuelo de nadie, pensaba en las malditas espinas, en como tienen que pasar cosas tan extrañas y en especial a mí.
Caminaba por el parque central todo decaído como la costumbre que a diario se me daba y la vi a esa chica que me había despreciado, me había humillado, a quien compré las rosas que sus espinas me destruyeron la vida, estaba encantadora como siempre, bruja hermosa, caminaba muy bien abrazada con un calvo horrible, me acerqué a ella para maldecirla y antes de eso él me empujo diciéndome que apestaba, que me largara, que no tenía dinero para dar a un mendigo piojoso. Reaccioné y no me importó eso para realizar mi cometido, para colmo él peleaba muy bien y me dejó en el suelo con la cabeza en un gran charco de sangre, “se repitió la historia”, se rieron de mi con tanta maldad que sus dientes parecían filosas agujas para sacarle el alma a cualquiera de un solo mordisco.
Llegué a mi casa y me tomé un trago, me lavé la cara y en mi mano comenzó el dolor nuevamente como aquella vez que pasó el fatal incidente, me puse a llorar y a desesperarme, comencé a botar todas las cosas que encontraba al piso y por este ataque de locura y gracias a un vecino que llamó a la policía, a la cárcel fui a parar.
Una semana encerrado, al final me sacaron por no encontrar pruebas de nada, además de hacerme firmar un documento de buen comportamiento, llegué a casa y resolví arreglar mi aposento, boté la basura, me afeité y tomé un baño en agua helada, fumé un cigarro y decidí olvidar todo, debía perdonarla a esa bruja y a su bufón, pensar que lo de las espinas era un sueño y buscar un trabajo.
Tenía un guante en mi mano izquierda para que no vieran lo horrible de esta, mi vida se normalizó, conseguí una novia y cuando cumplimos un mes de enamorados me regaló una caja de chocolates y una rosa, no le había quitado las espinas, en un comienzo estaba asustado de recibirla, pero no debía darse cuenta de mi nerviosismo y así enterarse de mi maldita historia.
Pasó un día y agarré la rosa, la analizaba y solo podía darme cuenta de lo hermosa que era, es que cuando te regalan con amor esta se vuelve más sublime y mágica, mi mano derecha en la que la tenía agarrada se volvió inmóvil, no sabía que es lo que pasaba y tampoco soltaba la rosa, mi mano no obedecía a mi mente y la aplastaba cada vez más duro, y no sentía ningún tipo de dolor, volvió esa sensación tan deliciosa y excitante, al fin mi mano cedió y todas las espinas estaban clavadas en mi mano, era ya como una droga que me incitó a hundirlas más y más y cada vez más, la sangre comenzó a caer en el piso y todo el lugar se volvió de un aroma exquisito a flores, pensaba que estaba soñando como aquella vez, y yo era uno solo con las espinas, hasta que el olor desapareció y la rosa se murió por completo, observé mi mano y estaba igual de intacta que antes.
Apareció un cuervo negro en mi ventana y voló hacia mi mano, comenzó a picarla y me hacía un hueco enorme, tenía demasiado dolor y sacaba cantidades inimaginables de espinas y las botaba en el suelo, caí desmayado otra vez por la impresión y el dolor.
En la mañana me levanté y vi que todo estaba igual que antes, golpearon mi puerta y al abrir era ella, una bruja bonita vestida de rojo entero, (un vestido muy parecido al que le regalara hace algunos años a mi apreciada heroína de historias Alfonsina Amingst), entró sin pedir permiso y me dijo que todo había sido un sueño y que observe mis manos, estas estaban completamente intactas, sin espinas, sin sangre y sin mutilaciones, le pregunté que era lo que había pasado y sin titubear se rió de mí, me dio un beso, se convirtió en el cuervo que me había visitado la noche anterior y se fue volando.
Salí a caminar y compré el periódico, estaba con la fecha en la que comenzó mi desgracia y con las mismas malas noticias, me llamaron de mi antiguo trabajo para saber del por qué no fui a trabajar ese día, fui a buscar a mi novia y no me reconoció, pensó que estaba drogado o borracho, le conté toda mi cruda historia y no me creyó, le pedí que me dejara estar a su lado y tampoco me lo permitió, pedí muchas cosas y nada fue concedido, y para colmo de todo, ya tenía un novio.
Al paso de tres meses con mi vida ya normalizada y con dedos completos, fui a bailar a ese bar donde conocí aquella novia que tuviera, tal vez en mis sueños, pero mía, mía al final de cuentas, la encontré sentada en la barra del bar sola, la invité a bailar, aceptó de agrado, nos divertimos.
Ayer cumplimos un mes de novios y me regaló aquella caja de chocolates y la más bella flor que puede haber y sin una sola espina.

BIOGRAFÍA:

Fabiola, 24 años, hija única de padres adinerados, aniñada desde la horma. Por aquella ocasión su padre no le había prestado el vehículo para ir a la universidad, acongojada subió al trolebús con su mejor amiga Laura y emprendieron el largo viaje de 15 minutos.
Al bajar se supo perdida, no estaba más su celular en el bolso, con suspiro frío le dijo a su amiga que sin su celular se muere, y allí quedó, muerta en la parada norte del trolebús.

PAISAJE

Para mi hermano de tertulias y de tales, Juan Andrés


En su cuarto Juan Andrés González mientras leía a Saramago se dio cuenta que alguien lo observaba desde su ventana, gritó para que se marchase pero los ojos hicieron caso omiso a su pedido, le botó un zapato y se inmutaron los ojos ante aquella reacción, entonces comprendió que eran un cuadro en la ventana, al darse vuelta, todo el cuarto estaba vestido de negro, mientras que por el tejado caía sangre por una gran gotera, entonces entendió que era el smog de los vehículos que pasaban por su calle y que estaba lloviendo gelatina, vio en la puerta colgado un perro que hedía a muerto de semanas y comprendió que era algún disfraz de algún amigo que se olvidó por halloween y que el olor se debía a sus medias que no había lavado por semanas, luego la casetera comenzó a sonar y se dio cuenta que la radio estaba mal, escuchó llorar a una mujer amargamente, se imaginó que sería alguna vecina que lloraba por su amor perdido, luego salió debajo de su cama un humo donde apareció el Diablo, entonces pensó “si está el diablo acá, por afuera debe estar Dios”, (aunque el Diablo y Dios son la misma cosa), también vio al lado de su libro un carta que decía “tendrás una muerte terrible” y sin pensar sólo se carcajeó.
Cualquiera pensaría que es Juan sin miedo, pero la verdad es que lo llamó su novia a reclamarle del por qué había bebido el día anterior, entonces tuvo mucho miedo y supo -que la carta no era mentira.

MUJER DE MI MALA SUERTE

Mujer de mi mala suerte carcomiendo almas estás,
con la risa fingida eres corazón detestable,
inmutable candor de diosa en la mar.
Fuiste en parte compañera de viaje,
ninfa denigrante de oscuro trinar,
bruja asesina de Merlín y su séquito, mujer de mala suerte
ya no sé ni qué pensar.
Ruinas dejas a tu paso, corazones sangrantes de pecado,
muerte venidera vestida con cuerpo de sirena,
ilusión pasajera sin sombrero, capitulo leído sin hoja que pasar.
Y en este canto amargo que traigo,
hoy le canto al demonio de pelo largo,
a la sureña embelesada con su encanto,
misma que ha matado toda palabra de amor sagrado.
No me despido, más no te olvido,
pero con un trago mas te iré a buscar.

ME VOY DE ESTA TIERRA PARA NUNCA MÁS VOLVER

“Me voy de esta tierra para nunca mas volver”… me decías mientras me besabas dulcemente, no se me ocurría nada para responder a tus palabras, solo respondía a tus besos, y te besaba, te besaba como si fuera a morir, te acariciaba y te abrazaba con tanta fuerza como si te encarcelara para que no escaparas, mis ojos se humedecían y no podían contener las lagrimas frías que caían sobre el piso erosionado de tristeza al saber que nunca más volverías a posarte encima de él.
El barrio se enluto con tu partida, te sentían muy de ellos, los niños dejaron de jugar al fútbol, las madres dejaron de lavar las ropas y algunos hombres dejaron de ir a trabajar, los ancianos hacían fuerza para al menos verte por las ventanas sin cortinas, ver como te marchabas y el silencio cobraba vida, tus amigas repudiaron despedirte, no querían, era una pesadilla, y la tristeza se hacía presa de todo el pueblo.
Cada paso que das es como un borrador de mi existencia, veo la frontera a la vuelta de la esquina, muero atrozmente naufragando en una playa sin mar, en donde se encuentran los malditos que han quedado sin corazón.
Mis primeros días sin ti son tristes desde el amanecer, camino por nuestros lugares que llenaste de color y que hoy son nada sin tu presencia, mientras la gente me ve pasar murmura su lamento por la desdicha, me ven con esos ojos que son el monumento a la dama azul de la nostalgia.
Los amigos se me acercan todos los días para manifestar su tristeza y tratar de darme consuelo, el mismo que no tengo desde que partiste.
Llorar y extrañarte, negar la verdad, acariciar los pensamientos de muerte y de suicidio que me da la cobardía de la vida, esperar el correo todos los días mientras el corazón quiere explotar, aunque sepa que nada llegará, ni una sola señal.
No sé si aún estás viva, no sé nada de ti, han pasado tres meses y no das razón de tu camino, no sé que te está pasando, no sé donde debo llamarte o ir a buscarte, no sé si arriesgarme y echarme al mundo, esperar cualquier cosa, inclusive y eso aún más, esperar lo peor.
Nada como la incertidumbre de no saber que es de ti, en una mezcla de desesperación y confusión siento que moriré mientras el cuerpo se debilita, siento el frío mientras la oscuridad ciega mis ojos.
Grito y gimo al acuchillarme el corazón, mientras las estrellas lloran desconsoladas al verme perdido en la angustia y el pavor de arrastrarme por el coraje de la lástima, me muerdo el alma y sangra inconteniblemente, se desgarra el espíritu, ya no sirvo de nada, solo soy un muerto a tientas.

LUGARES COMUNES

Lugares comunes en los cuales existen ocasos comunes, escritores virtuosos que escriben de la miseria, felicidades patentes en otros lugares no comunes a la miseria pero comunes entre ellos, son esos mismos lugares donde también hay escritores que no hacen otra cosa que mentir al imaginar los lugares de la miseria.
Los lugares comunes nos confunden con la máscara o la fachada llevando consigo la falta de armonía en su interior padeciendo otra clase de miseria, posiblemente llamada miseria humana, miseria diferente a la de los primeros lugares comunes, dolores no comunes en el odio y desprecio de los segundos.

LA MÁS SEÑORA DE TODAS LAS PUTAS

“Solo tú me puedes amar” me lo repetía mientras se agarraba a mi espalda, el falo humeante y bañado con su sábila rendía honor a la pasión, mas sentí un calor nunca antes encontrado, me besaba y seguramente ya concebía la idea de que todo se había vuelto magia
Negra de corazón y orgullosa a morir, me tenía a escondidas del novio para tener sexo, mientras yo gozaba del amor negado, más sorprendió mucho con tremenda expresión y en el momento exacto en decirlo, pensé, “¿Será que esta mujer de corazón erosionado también tiene esperanza en el amor?”
Es gracioso que la ame y que ella no conciba esa idea. Hace dos años recuerdo, en su carro negro, en el estrépito de la noche, (de una ciudad ocupada más por vehículos que personas) mientras escondidos en la esquina de la calle que da a mi apartamento, violentamente me quitó el cinturón, con habilidad innata me hizo el amor, tal como lo había aprendido a hacer en Francia (según me contaba mientras yo me mordía de coraje el alma), más en el gozo y éxtasis, llegó la policía, nos pidió que bajáramos del vehículo, y aunque estaba nervioso, ella no se inmutó en ningún momento.
Recuerdo que después de aquel suceso le puso nombre a mi pene que desde aquel momento se denominaría “Juanito” apodo que nació en una fiesta de verano en una habitación de la casa de sus padres.
Yo gozaba con todas sus locuras pero cada día al tiempo que me asombraba de su imaginación, me enamoraba perdidamente, me sentía sin control sobre ella.
Para entonces había entendido que no solo gozaba del sexo, sino que gozaba de mi compañía, mas comprendí que se había enamorado.
Último domingo del mes pasado, por primera vez sentí que me hacía el amor, y me entregue como nunca, luego se vistió tan despacio y antes de cerrar la puerta me dijo, “te amo”. Y salió corriendo avergonzada.
Ayer tres y media de la tarde cobardemente me llamó al teléfono sin querer dar la cara, me acababa de decir que me amaba, que está embarazada, que se casará con él porque es de buena cuna y que no lo ama, que el hijo no sabía de quien era y que se despedía para siempre.
Suspiré al momento que me enojaba y me sentía de cierta manera alegre de ser padre, pensé por un momento en la mejor manera de mandarla al diablo, pero al final, solo dije “adiós”.
Hoy al ir a mi apartamento con mi buen amigo Eduardo como todos los días después del trabajo, en la cantina de la vuelta de su casa la vimos entrar con un tipo moreno, alto y de buen perfil, un poco ebrios y cogidos de la mano.
Le pedí que parara el carro, pero él no me dejó bajar, solo quería asesinar a aquel chico que no era ni su novio (a su novio lo había conocido en la facultad de derecho, tipo regordete de tez blanca, para no explicar mucho, un ñoño completo), pero mi amigo lo impidió.
Tras tres días de aquel incidente me ha llegado hipócritamente la invitación a su matrimonio con número de cuenta bancaria incluida, seguramente pensará que no iré, pero hipócritamente estaré presente para ver su cara al momento que dé el sí eterno.
Han pasado tres meses y Eduardo me acompaña a la gran ceremonia, al entrar la novia tan hermosa como siempre y con cierto conato de panza, agache la cabeza cobardemente, sin tener la valentía de mirarla a los ojos, a lo que Eduardo para levantarme el ánimo y ante mi asombro me manifestó al oído: “cuando este en el altar y diga acepto, se convertirá en la más señora de todas las putas”

ES MEJOR DEJARLO ASÍ

Como todos los días Don Ángel Peralta llegó al bar, se sacó el sombrero, lo colgó en el ropero y se acercó a la barra.
-Hola Javier ¿cómo está? Lo dijo con nudo en la garganta.
-Muy bien Angelito, ¿le sirvo el mismo café de todas los días bien cargado y sin azúcar?
-¡No! Respondió de manera seca
- ¿No? Diez años en este bar, más nunca dejó de venir con una sonrisa y pedir el café de siempre. Pero dígame, ¿en qué puedo servirlo?
- Sin preguntas un whisky doble sin hielo y sin agua.
- Claro, como usted ordene
- Otro favor no me lo sirva en la barra sino en aquella mesa de la esquina.
- Si claro, con gusto.
A Javier Mendieta, dueño de un bar de antaño en la esquina del Parque Central de la bella ciudad de Loja le entró la preocupación, ya que hace diez años que su amigo no bebía ni siquiera una cerveza, lo veía pálido y triste, tal si fuera la decepción mezclada con pena de muerte, una desolación de esas que parten el alma, como si el mundo se le hubiera desparramado por los suelos y que nunca más esperaba alzar de nuevo.
No podía saber lo que le acontecía, le pidió que no preguntara, pero si le preocupaba porque era una buena persona, era parte del bar y lo más importante de todo, era su amigo.
- ¿Para quién es la orden Don Javier?
Preguntó Pablo Ariza, un joven drogodependiente en recuperación y que Javier Mendieta lo había acogido en su bar y casa desde hace 7 años, al verlo tendido en el suelo y casi muerto en la puerta de una iglesia, suplicando por un vaso con agua.
-Si Pablo para la mesa 3, sírvale y no diga nada, llévele también una fuente de canguil.
-Don Ángel, perdón, le sirvo su orden.
-Gracias Pablito, pero no te vayas aun para que te lleves el vaso.
- ¿Qué vaso? preguntó admirado.
-¡Este!
-Pero, ¿está lleno? Preguntó Pablo aun más admirado.
-Eso se remedia fácil.
Pablo Ariza quedó absorto, nunca vio a alguien tomar así un trago tan fuerte, - ¡eso es para un record! pensó Pablo.
-Tráeme otro así mismo, gracias
-Como usted mande Don Ángel.
Pablo y Javier quedaron impresionados de tal amargura, que aunque debía ser grave, Don Ángel no dejaba de lado su presencia de caballero y don de persona.
-Don Javier, quiere otro del mismo y perdón que le diga, pero se lo ve muy mal.
-Ponle otro y no digas nada, voy a ver si converso con él, ¡ah! y por cierto, no te olvides del canguil que te pedí.
-Sí, está saliendo calentito de la olla, ya le paso.
Javier Mendieta camino suavemente a la mesa, un poco tembloroso sin saber que esperar.
-Angelito ¿puedo sentarme a su lado?
Pensó unos segundos y le dijo:
-Sí claro amigo y disculpe que no esté muy alegre.
-No hay problema, además usted sabe que aquí cuenta con un amigo.
Pablo se acercó con el pedido.
-Perdón señores, les sirvo el traguito y un canguilito para que piquen.
-Gracias pero puedes llevarte el canguil Pablito que estoy bien así, a no ser que lo desee usted Javier.
- No, no muchas gracias, puedes llevártelo.
Pablo se volvió a la cocina con su canguil y a preparar unas picadas que habían solicitado hace media hora en la mesa diez.
-¿Qué le pasa Angelito? usted no es así.
-Le pedí que no me hiciera preguntas, pero comprendo el interés sano de los buenos amigos que están con uno siempre en las buenas, en las malas y en esta que es la peor.
-¿Qué le pasa? recuerde “que para todo hay remedio, excepto para la muerte”, así que levante esos ánimos.
Don Javier pensó de manera callada y murmuro algo, se tomó el mentón y soltó una lágrima muy gruesa que tardo en salir de su ojo derecho, bajo rápidamente por su pómulo, pasó por su mejilla paliducha de muerto de semanas, llegó a la barbilla y cayó precipitosamente al vaso vacío.
-Mientras le cuento tráigame otro de los mismos y tres cigarros.
-Encantado, ¿de cuáles?
-No sé, uno que sirva para echar humo.
Se levantó y se dirigió a la cocina.
-Pablo, otro más con 3 cigarros de los importados.
-¿De los cubanos?
-Sí, de los cubanos.
A Javier le preocupaba el sentir negro que respiraba en el aire, como si tal desmadre se hubiese escurrido por todas las paredes de su pequeño bar.
- Y bueno cuénteme, soy todo oídos.
- Mire Javier, me sentía muy mal casi sin fuerzas hace semanas atrás, pero como odio ir al médico espere un poco, pero cada vez empeoraba, entonces decidí concurrir donde el matasanos ayer, me hizo unos exámenes y hace una hora me dio el resultado que nunca pensé escuchar.
- ¿Qué resultado? Me está preocupando.
- Mire Javier, es inesperado e ilógico, cáncer de pulmón, nunca he fumado un cigarro en mi vida, al parecer estas son cuestiones de la vida, los dichos populares son sabios: “cuando nos llega la hora nos llega, no hay excusa para la muerte” esta vez me toca a mí.
-Me apena como al que más esta noticia créame…
Pablo llego con el pedido e interrumpió la conversación.
-Perdón, les traigo la orden, el whisky y los cigarros.
-Pablito tráigame uno a mi también. Dijo Javier.
- ¿Qué le traigo Don Javier?
- Un whisky y un cigarro
- Como usted diga.
- Estimado Angelito, le estaba diciendo, me apena como al que más esta noticia, de saber que mi gran amigo y parte de mi familia, porque así lo considero, está en el lecho del dolor, aquí tiene mi apoyo entero, así que debe tranquilizarse, no tomar ni fumar ya que eso lo acaba más.
-Hay algo más en el fondo, no quiero que sienta lastima, pero mi cáncer está demasiado avanzado y ahora estoy con un préstamo para construir mi casita, el sueldo de maestro no es bueno para darse el lujo de enfermarse.
Era normal el pensamiento de Ángel Peralta ya que para los pobres no hay derecho de enfermarse, no es una opción.
- Y ¿cuándo le va a decir a su familia?
- No se los voy a decir.
- ¿Cómo? Ellos tienen el derecho de enterarse y el deber de ayudarlo.
-Puede decirme egoísta e imprudente pero quiero morir pronto y en silencio, yo sé que mi familia estaría dispuesta a dar todo para curarme pero sería un gasto en vano y peor aún el costo elevado ocasionaría que se queden sin su patrimonio por mi culpa.
-Don Javier yo sé que es su decisión, más no sé realmente que decirle, me siento con las manos atadas. La vida siempre tiene de estas, de llevarse lo mejor que tenemos y si me perdona la expresión, “que asco de vida”.
- No se preocupe, y espero que ahora usted me disculpe que estoy algo ebrio, ya se me fundió el cerebro. Me alegro de haber estado con mis hijos cuando me necesitaron, me alegro de mi vida y de la vida en si, me alegro de los buenos amigos como usted, y me alegra la muerte para no ver tanta crueldad en este mundo, evitar la rabia seca de muchos, esa rabia de guerra, de penurias, de inconsciencia, de sometimiento y de muchas cosas que se me escapan por mi estado bruto de alcohol. Y si me permite, utilizaré esta mesita para tomar una pequeña siesta, quiero llegar a casa tranquilo y bien repuesto. Luego me sirve el cafecito diario por favor.
-Claro siga nomás, descanse.
Don Ángel cayó en un profundo sueño, mientras Javier Mendieta pensaba en la pesadilla de vivir todo ese sufrimiento. En el saber que no estará mas entre los suyos, en la familia y su sufrimiento, el no saber que pasará luego con ellos, “¡desastrosa muerte, se lleva todo lo que uno tiene a su alrededor!”.
-Mira Pablo a un hombre sin sueños y aspiraciones, un muerto a tientas por el momento.
-Y ¿qué le pasa al señor?
-Nada, solo que está acabado, déjalo dormir y luego le preparas su taza de café diario, bien cargado y sin azúcar.
-Como usted diga Don Javier.
Lo que no sabía Javier, es que nunca más se volvería a despertar para sufrir el infortunio por el que estaba pasando, bien por él, a veces es mejor cuando la muerte llega así de repente y sin avisar. Es mejor dejarlo así.

DESDE EL SUICIDIO

Pensar al momento de verla, “será mi mujer para toda la vida”, comenzar con un coqueteo y un baile, después los besos, nacían los poemas, hacerla mía y crear historias, las lágrimas y los gritos mientras escuchábamos las canciones mas tristes, los reencuentros con los respectivos regalos, la última pelea mientras nos desconocíamos para siempre.
Ayer la vi, y sin acercarme lo suficiente la seguí mientras caminaba, meneaba el trasero como yo odiaba que lo haga, tal parecería sabía que la estaba siguiendo, estaba con la minifalda blanca que le regalé, la que no me gustaba que se pusiera, pasaba gente observándola morbosamente, me mataba el alma soportar eso y no hacer nada, me escondía para que no me viera porque su padre no me permitía acercarme a ella ni tampoco la boleta del juzgado, claro que no le tengo miedo a él ni a la justicia, le tengo miedo al desprecio de la dama de piernas blancas.
Tengo miedo de que nunca más pueda tenerla conmigo, la veo y no se que hacer, me sudan las manos, se debilita el cuerpo, se presiona el pecho, me decepciona estar cerca de ella acechándola sin que me vea, viéndola sin poder acercarme, llorando, gimiendo por dentro, saber que dentro de su corazón no me ha dejado de amar, pero el miedo al rechazo por su orgullo aumentado por su belleza no deja acercarme, menos aun cuando sabe que lo tiene todo y eso la embellece más.
Tres años a la basura es lo que obtuve después de darme cuenta de lo bien que besaba, de la misma pasión que me entregó en cada beso y de la misma forma que abraza cuando está enamorada, esa fuerza que casi no deja respirar, ¡no es mas bello que yo! eso es seguro, pienso, o a lo mejor no soy más feo que él, sé que “no es lo mismo pero es igual” como lo decía el buen Silvio, no pensé que volvería a amar tan rápido, no creía que se olvidaría de mí en un dos por tres, se subió en un carro de lo más moderno y se fue.
Creo que lo mejor que se encuentra en las personas son los buenos recuerdos y con el miedo de no tenerla ya nunca más conmigo, al río sin agua voy a ir a parar, desde trece metros de altura me lanzo, mientras caigo intento recordar las cosas bellas que me dio, pero faltan pocos metros para el final y solo puedo recordar el frío beso que daba hace minutos, mientras mataba mi coraz……….

HOMBRE CAÍDO

He aquí un hombre caído en la batalla más dura de su vida, postrado a los pies de la derrota, la lucha y el coraje lo han dejado sin más aliento, ahora esta pendiente su vida de un hilo, necesita alguien que lo ayude, pero no se ve nada ni nadie en las fronteras, tal parece morirá solo y en silencio, con el corazón destrozado, acepta hincando su cabeza al suelo la vil pérdida.
La guerra más grande del corazón es la que se tiene con otro corazón, y esta vez le tocó al gladiador imponente perder, humillado en su propia estrategia, en su propia lógica. Tal nostalgia empeora con lo que sueños y añoranzas jamás acaecidas, con un plan fríamente calculado y que nunca podría fallar, pero dio traspié con las razones inesperadas del amor.
La tenía segura a su lado, impensable que se escapara de aquel cuartel lleno de cerrojos de acero.
Más rompió de manera inexplicable las cadenas que la ataban a él, esquivó sus promesas con tal astucia que no cayó en ninguna trampa, y más dejó en su rastro tal destrucción que el cuartel quedó sin ningún tipo de defensas, peor aún, se acuarteló en otro corazón, y comenzó a sacar a flote su venganza con bombas de rencor y odio.
Sabía el gladiador que no podía confiarse y comenzó a planear otra estrategia que le diera la victoria y tenerla de nuevo en su celda, puso todas sus fuerzas y obtuvo en resultados parciales casi nada, pero al final estaba la esperanza que le haría ganar la batalla.
En la guarida de aquella ninfa sabía que la guerra ya la había ganado, sabía de sus puntos bajos y flaquezas y sólo por allí atacó cobardemente, lo dejó con una herida que le iba despellejando la vida lentamente y seguramente no lo disfrutaba pero al menos eso la llenaba.
Antes de caer definitivamente la vio a los ojos mientras ella sonreía vilmente, tal si le encantara verlo destrozado, (cuando hace mucho tiempo le hubiese dado las fuerzas necesarias para ganar la batalla), la verdad ahora es diferente, sabía que si lo dejaba vivo el gladiador volvería a atacar y con más fuerza que antes, así que decidió lanzar una bomba de fuego, la indiferencia, la explosión más dura que ha soportado el impetuoso gladiador, y para acabar, frente a su cuerpo prácticamente sin vida, armó su desfile militar hacia el altar, terminando con su último recurso, la esperanza.
He aquí un hombre caído en la batalla mas dura de su vida, postrado a los pies de la derrota, la lucha y el coraje lo han dejado sin mas aliento, ahora está pendiente su vida de un hilo, necesita alguien que lo ayude, pero no se ve nada ni nadie en las fronteras, tal parece morirá solo y en silencio, y con el corazón destrozado acepta hincando su cabeza al suelo la vil pérdida.

EL DESTINO ERA LIMA.

El destino era Lima, de eso estábamos seguros, lo habíamos planeado hace 3 meses y hace cuatro nos habíamos conocido, nunca entenderé como pasó este amor tan rápido, ni siquiera ella lo entiende, lo único que hice fue abrir mi corazón a una extraña, a una cantante que compartía los mismos gustos musicales que yo, ella lo hizo igual, y el resultado es el que me lleva desde Ecuador a Lima para encontrarme con esta belleza argentina.
Fue decisión de los dos realizar este viaje, porque no pudimos contenernos en los mensajes al deseo irresistible de encontrarnos y de convertirnos en uno solo como lo habíamos prometido, convertirnos en corazas ante la soledad que nos había carcomido hasta antes de encontrarnos.
Todo comenzó en un encuentro casual en el internet, en los llamados chats y al juntarnos la vida, se encendió una llama llamada esperanza, misma que creí perdida por una pérfida que se la había tragado de un solo bocado, desde ese mismo momento, desde ese encuentro existió una verdadera conexión, sentí que era yo mismo quien estaba detrás del otro computador, era mi alma gemela encontrada por la tecnología, era la unión de dos corazones solitarios y pateados por la misma vida, conjugación de dos canciones tristes en una sola tonada llamada amor.
Yo venía saliendo de una relación muy dura de dos años y medio, una mentira completa, de haber seguido un juego sucio, trampas de una arpía, pero en realidad y sin dejar de lado la verdad, la amaba con todo el corazón, le había entregado todo, toda mi vida, tal si yo fuera de su propiedad procedió a engañarme con cuantos se le cruzaban por su camino, y al enterarme de todo esto, yo procedía a perdonarla escudándome en el amor que sentía por ella, pensando que ella cambiaría. Mis amigos se referían a mí no como bueno que perdona, sino como imbécil iluso, le di tantas oportunidades como un corazón lo puede aguantar, decidí alejarme de su lado, pero aún la necesitaba, aún dependía de ella y lo sabía muy bien, por eso procedía a acosarme, y yo caía seducido entre sus brazos y piernas.
Ya no aguantaba más esa estúpida relación, así que la llamé y sin pensarlo, la traté de ramera, tal vez por este hecho, ha caído muy bajo mi honor de hombre, pero no saben lo que puede hacer un hombre por la desesperación de quitarse de una u otra manera a esa persona que acaba con la vida, tal como ella lo hacía conmigo.
Al final, todo resultó mal, recibí amenazas de muerte de su familia, de sus chicos, tal si hubiesen conformado un sindicato, a más de eso el problema legal. Realmente estaba muy herido y dolido pero había realizado mi acometido, el de hacer que me odie y por ende yo aún más. Pensé que todo había quedado allí, pero me equivoqué, cada momento de mi vida me dedicaba a pensarla y en culparme por lo que le había dicho, por haberla ofendido, no sabía si lo merecía, solo sabía que había actuado de la peor manera.
Andrea había caído en los engaños de su ex conviviente, que una niña le había dejado en sus brazos, al otro lado de la frontera de su país, con un idioma distinto, cuentas que pagar y lo peor de todo, con hambre, esta es Andrea que siempre está al otro lado del computador, cantante de cuarenta y un años, madre de una hermosa niña, solitaria, separada más de un año y medio con su esposo, mujer de un físico bello, de ojos saltones y negros tal si estos fueran perlas negras sacadas del cielo, nariz puntiaguda que de seguro se embellece cada vez más con el resplandor de la luna, de su cuerpo no podría hablar nunca, de este templo de sensualidad sería un pecado mencionarlo.
Mujer llena de carácter, de ternura, golpeada por la vida, mujer fuerte que tuvo que padecer hambre para darle de comer a su hija, mujer que se enfrenta a toda clase de situaciones y de peligros como si fuera la más temible fiera, luchando contra todo y todos, con tal de defender lo suyo.
¿Quién no amaría a esta mujer?
Al fin encontré el amor y el destino de encuentro corporal será Lima, el tres de noviembre de este año, en el sector de Barranco, en el hostal “La Estación” mismo que lo encontramos en el internet, tiene piscina, desayuno gratis y no es muy caro, ya reservamos la habitación, y sólo espero la fecha para atarme a ella en un abrazo, en un beso, en dulces caricias.
Nunca llegó.

ALFONSINA Y EL BAR

Para Alfonsina Amingst, reflejo de humanidad

Solo caminar por la inmensa barra de la vida, de aquella discoteca de plata. Como ángel intelectual apareció en el asiento siete de la pasión, con sus lentes de diva y cuerpo de escultural figura, ninfa de ensueño, diosa que a partir de ese día se convertiría en la dueña de mis desvelos.
Me acerqué y me escuchó, al son de la salsa se incrementó la pasión y el deseo, mientras ella odiaba la razón de un sentimiento prohibido, de un amor que no podría pasar las fronteras de la Ilusión, sí, así se llamaba aquella discoteca, Ilusión, ubicada entre calle Melancolía y Corazones Rotos esquina.
Después de aquella noche, la vida se confabuló en mi contra, la busqué por todas partes sin tener rastro alguno, luché contra el destino hasta que sucedió el milagro.
En la facultad de ciencias, una fría mañana de noviembre sentada en el banco quinto que antes le perteneciera a la facultad de Derecho, con una libreta en mano y con brío en sus ojos estaba ese ángel vestido de primavera, era Alfonsina la del bar.
La encontré tan hermosa, con su cabello negro, ojos cafés claros, de sonrisa inquietante, escultural figura, deidad de mis sueños, rostro plagado de simpatía, rosa del jardín del edén.
Desde el mismo momento en que toqué su espalda con mi dedo tembloroso, sentí cómo todo el amor rodeó el lugar con aroma de flores, qué dicha más grande cuando al reconocerme se abalanzó a mis brazos, tal como si fuera un encuentro de fines de guerra, entre el soldado que regresa de la infame batalla y su bella mujer, pero como toda pasión imposible debe detenerse, hasta allí llegó la vida, o simplemente se detuvo por un segundo.
Luego vinieron los encuentros “casuales” fuera de clases, las huidas, no existíamos más que los dos en nuestro perfecto mundo de cristal, el amor desbordándose por nuestros poros, la inmensa felicidad de tenernos el uno al lado del otro, la insolencia del deseo encima nuestro pero también sabíamos que nada era real, al tiempo que se acercaba cada vez más el dolor, tal como lo sentíamos cuando nos separábamos, cuando teníamos que volver con cada cual, más el sufrimiento nos apuñalaba el corazón de maneras poco imaginables pero dolorosas al final.
El tiempo desde aquella dura separación no ha pasado por mi mente y mi corazón, sigo en su búsqueda y ella en mi desencuentro, la tragedia acecha y mata, pero no lastima más que la despedida.
Aristóteles decía que “la esperanza son los sueños de los hombres despiertos”, es por eso que precisamente hoy en una noche cálida de noviembre, me encuentro en la calle Melancolía y Corazones Rotos esquina, al pie de la barra del mismo bar, esperando encontrarla en el asiento número siete de la pasión, a mi Alfonsina, la ninfa del bar.

DAMA NEGRA

No preguntes como conseguí tu e mail pero con cariño te saludo y quiero que sepas mi historia que ha sido escrita desde que te conocí, y esta llena de sinceridad:
El cielo esta negro hoy, el campo ya no está verde, más todo lo contrario, esta erosionado. Estoy deprimido, ¿será que por eso veo todo así?
Te miro pasar todos los días mi dama negra, por ese parque lleno de molestos seres perversos que rodean y exigen carne, excitados por tu velo, cara y cuerpo. Me mata la angustia, la desesperación, quisiera verte y no soltarte nunca, protegerte y amarte.
Camino y tú has pasado cincuenta y ocho veces por mi lado, sí, las tengo contadas, y hasta ahora nunca me has mirado, nunca te has fijado en este pobre lacayo que se muere de amor por ti, sigo caminando y por esas cincuenta y nueve veces que son ahora, se me eleva el ego y la alegría, y me acerco tanto a ti para sentir tu respiración.
Cuando te veo el alma, solo veo pureza, mientras este tumulto estúpido ve en ti cosas vanas que espinan mi alma.
Eres como de otro mundo, especial como las rosas y tu aroma inolvidable, es fruta perdida de Venus.
¿Qué puedes ver en mí que sea de tu agrado?
Yo te entrego mi devoción y de pedírmelo tú, me apuñalo el corazón, dame una mirada, dame una palabra, dame lo que tu quieras, soy bueno, joven y aún más, sincero, dama negra dime ahora ¿en dónde te encuentras?
Siempre pregunto a mis amigos si te han visto, y esa pregunta la hago todos los días desde que te conozco, y ellos piensan que soy un loco enfermo, pero no es así dama, no lo es, sufro y me lleno de amarguras cada vez que hacen bromas de mal gusto y salto como un lobo herido y feroz para hacer respetar tu honor.
Cada día que no te veo me quema de dolor el cuerpo y los sinsabores de la boca crean razones para no probar comida y quedarme echado en cama sin fuerzas, intento conectarme con tú alma a través de mi pensamiento que se abraza con el corazón, pero tal parece no resulta, y con el alma vencida se me despelleja la razón.
Dos años de amor loco, eso si es loco, vives frente a mi casa y te he visto cuando llegas cansada, vas a tomar la ducha, y dejas las ventanas abiertas sin saberlo y cuando te quitas la ropa me doy vuelta para no profanar la santidad de tu privacidad y cuerpo, no niego que nunca haya entrado en mi el diablo queriendo regresar a verte desnuda, pero mi carácter es fuerte y aún más mi honor de hombre, de hombre que te ama con locura.
Trabajas con los niños de la plaza, demostrando la bondad de tu corazón, demostrando que no eres de este mundo, dando la felicidad que se derrama en cada uno de los juegos que realizas con los chicos, y veo una niña muy hermosa, veo la vida y pienso que si hay quinientas personas más como tú, este mundo no sería malo, al contrario, se convertiría en un lindo canto a la hermandad, a la felicidad eterna.
Ayer te vi como jugabas, mientras encendía mi cigarro matutino, y vi pasar a uno de tus niños, sí, son tuyos dama, y le pedí que te entregara la rosa que se encuentra en la ventana del departamento, en esa linda tasa de porcelana de flores rojas, y cuando te diste vuelta para ver quien era, salí huyendo, no me viste, pero vi en tu rostro la alegría de una chiquilla enamorada.
Ha pasado una semana del feliz incidente y yo lo único que hago es pensar en ti, en esa sonrisa que es mía, que me pertenece, que me envuelve en sueños y que no me deja dormir.
Las horas se vuelven eternas y no me dejan morir pronto, porque si no te tengo, no quiero tener más, sé que es un capricho, pero para mí lo vale demasiado, y mis sueños son los que se encargan de darme las fuerzas para resistir este martirio desde el otro lado de tu calle.
Esta es mi humillante historia dama negra, esta es corazón mío.
Benjamín.
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Hola.
Cómo conseguiste mi mail me intriga, pero no es de importancia.
Siempre te vi en la plaza con el cigarro, pero cada vez que trabajo tengo que estar concentrada en mis niños, tal como tú lo has dicho, y ellos son mi mundo, tengo que estar arraigada a ellos por que es mi deber, mi compromiso y mi felicidad.
Me gustó mucho la carta, se ve que eres sincero, y para tu información si soy de este mundo jaja, eres muy lindo, eres fuerte y cualquier mujer se sentiría dichosa de estar como tu esposa, por la fuerza que empeñas ante la vida, por la nobleza del corazón y por la ternura al brindar amor, no te conozco pero si deseas haremos una cita para dar rienda a la amistad, gracias por la rosa, por cuidarme, gracias por ser tú.
Un beso
Diana.
Ps. No volveré a dejar mi ventana abierta, jajajaja
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Hola, gracias por responder.
Me siento el hombre mas feliz del mundo, has llenado mi corazón de esperanza mi dama negra, estoy seguro que vas a ser el amor de mi vida, y yo el tuyo, seremos el uno para el otro, cómo deseo estar a tu lado en estos momentos, abrazarte y conservarte en una burbuja de cristal llamada felicidad.
Tuyo.
Benjamín
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Hola Benjamín.
Tal vez me entendiste mal, yo te estoy ofreciendo mi amistad, disculpa si te di alguna esperanza, yo tengo novio, y la semana próxima vendrá desde Europa a visitarme y viajaremos por todo el país por un mes, para luego irme a vivir con él en su Italia de ensueño.
Sabes, tal vez no te interese y desprecies esto, pero es un hombre bueno y trabajador, respetuoso y tierno, tal vez si te hubiese conocido antes, tú serias él.
Sigue en pie mi propuesta de amistad.
Tú amiga
Diana.
………………………………………………

Deseo que seas feliz de todo corazón, más nunca volverás a tener noticias de mí y juro por lo que soy que me iré de aquí y nunca más volveré a este pueblo que de la noche a la mañana se volvió de espanto, mi cuenta de correo electrónico después de esta última carta será borrada.
No intentes volver a escribirme.
Te adoro.

Benjamín.
…………………………………………………

www.hotmail.com
El correo electrónico de la cuenta benja_gonzales@hotmail.com fue borrada.

LA CULPA ES DEL SOL

Jugaba a poder pegarle una pedrada al sol y a sabiendas que es imposible lo hice, más con diminuta roca logré trisarlo por completo.
Se volvió todo frío y triste, las calles se desolaron, la gente comenzó a invernar dentro de sus casas, el salir a la calle era un suicidio, instalaron chimeneas dentro de cada hogar.
Intenté repararlo de alguna manera y ese vacío que sentí, esa angustia, la desesperación, se conjugaron en mí contra, le lancé muchas cosas y nunca se recuperó, ni nos recuperamos.

SOMBRA MELANCOLÍA

Para MC.


Me sentí tan triste que quería llorar, era un día normal, tan decepcionado de la vida nuevamente, caminé hasta la habitación y comenzó esa debilidad en el cuerpo, sin fuerzas me tumbé en el sillón que colinda con él colchón viejo que tengo por cama, sentí esa debilidad que da por culpa de la amargura, estaba tan decaído que sólo alcanzaba a apretar la copa en mi muerte sin sepulcro.
Al darme cuenta y para variar, una vez más la estaba llorando, una vez más encerrado en ese mundo de cuatro puertas, azorado de alcohol, aplacando la amargura, borrando de mi corazón aquel amor tan profundo, repasando el dolor sin conseguir olvidarla.
Lloré y grité al cielo ¡¿Dónde estás amada?! Me surgió la humillación, pero de alguna manera fue gratificante, una especie de “cura por el habla” que psicoanalíticamente me practicaba mi nueva novia soledad.
Repasé lo qué pasó con su amor que fríamente se desmoronó, qué sin lamento alguno me dejó embaucado en el sillón de la decepción y la penumbra, como si no sintiera mi alma esa tortura que se traga toda la maldita ilusión.
Me pregunté, ¿Qué hago ahora para terminar con este maldito tormento que inunda mis ojos de oscuridad? ¿Cómo dejar de apuñalarme el corazón?
El cuarto se lleno de humo y alcohol sin encontrarla, el sol se deshizo, quedándome sólo al final, sin tener valor para salir de aquel dominio fatídico, tan bochornoso pero al final tan dulce y tan sutil.
Era tarde y me perseguía la sombra melancolía, la iracunda ira contra mi mismo, la creación de su desamor, las penas al ver pasar sus recuerdos en fotos, el desencuentro infernal con la felicidad y de nuevo surgió el agua cristalina que corría por los ojos.
Pensamiento enfocado de su aroma en mi nariz, su piel en mi piel, su cuerpo en mi cama, su sábila en mi boca y su negro corazón con mi desconsuelo.
La palabra María se repetía en la garganta, condenado a morir en aquel desierto, en el tiempo que se perdió en algún lugar de la historia de su incomprensión y aunque es humillante y sin importancia alguna, sabía que ya no podría gritar nunca más ¡amor nos volveremos a encontrar!
Se perdió en su orgullo, no tuvo un poco de piedad como ayer ni nunca para el ser que sólo pedía un poco de comprensión y cariño, un poco de néctar porque moría con sed de su amor.
Más la flor murió al oscurecer la luz de día, golpeándome el pecho su sombra melancolía con su aire espeso de epidemia de peste.

lunes, 6 de septiembre de 2010

ECHANDO UNA OJEADA A LA SOMBRA QUE MATA

ECHANDO UNA OJEADA A LA SOMBRA QUE MATA

“Como si la vida se encargara de darte todo, sin ver nada más que tú espanto lleno de color, la esperanza se aferra, el dolor te sacude y vive.
¡Sueñas y claudicas en tu negro corazón!”
BTA

Yo, mi, solo, de soledad pura, la soledad que aqueja la vida de quien escribe, solo de soledad pura, de dolor al caminar, de caminar en el dolor, de llanto enredado en la garganta, llanto seco de respiración contraída y fuerzas bajas, detestable rincón del corazón que te apuñala, sonrisa fingida del alma, ojos enmudecidos de tristeza, vivencia reprimida de la ilusión pasajera, yo sin mí.
Caminar sin saber donde ir, saber que por donde quiera que caminas te sigue el rastro la soledad astuta, y ves nublado el panorama como en una película en blanco y negro, en donde el actor se muere en silencio y desapercibido, porque él lo ha querido así, y luego revive sin querer y vuelve a morir de la misma manera, y así siempre en una película que no tiene final, el sufrimiento de ser parte ilógica de una obra que no quisieras ni tan solo escuchar, esa es mi vida, mi vida de película, con una novia de estreno, esa novia inseparable llamada soledad.
Palabras que se gritan al cielo y se las lleva el viento, viento que desaparece las palabras en el olvido, oídos sordos a mi desesperación, oídos muertos a mis súplicas, súplicas llenas de sufrimiento.
Escuchar los pensamientos de los demás y no encontrar nada, concluyendo que la soledad te lleva al egoísmo, pensando nada más que en ti y en ti como mártir del mundo, sin importar nada ni nadie, ese soy yo, sumido en un rincón de la tristeza y la tristeza arrinconada en mí, como si fuéramos un solo cuerpo y mente empecinados en ser novios sin que demos el brazo a torcer; me abrazo a la ausencia y sin querer darme cuenta me encuentro arrodillado a sus pies, musa de mis noches y mis días, copas todas mis horas sin dejarme respirar.
A cada paso que doy siento el cansancio de la debilidad con la que ha chupado mis entrañas esa novia vestida de negro, me he vuelto zombi en medio de tantos vivos, derrotado sin lágrimas, queriendo llorar sin poder hacerlo, pero también comprendo que de poder hacerlo las calles estarían llenas de llanto eterno como lava fría que contamina a quien toca, volviéndose enfermedad incurable, colapsándose el mundo en un mal sin nombre.
Parte de mi vida jamás contada, espasmo en el estomago, mirada pérdida en un horizonte sin ocaso, envidia destructiva y molestia de existir, agobio de la memoria eterna, nausea de Sartre, pensamiento doloroso, vida sin amor, amor sin saber lo que eres, amor sin encuentro entre nosotros.
Niñez perdida, golpiza de la vida, espalda sangrante, dama blanca violada en la risa, conjetura de una juventud hecha añicos zaratustrianamente, personas galopando con sus mandíbulas en algo que llaman alegría, calma y felicidad.
Perdido en el mundo, mundo que no es para mí, sinceridad que me abre los ojos, que me dice que tampoco hay otro, que es una ilusión, mundo que tiene de todo un poco y puedo comprender que soy tan Schopenhauer como cualquiera, y surte el miedo, ese intentar jugar a lo que no jugué me espanta, seguro acabaré despellejándome la piel, acabando en muerte seca y desconsoladora, teniendo la cierta convicción que estoy enfrascado en el mundo del pánico, miedo y terror, pensando que la gente es perversa, convirtiéndolos en monstruos malignos que quieren hartarse de sangre, volviéndome completamente loco y sin ningún tipo de esperanza de algún día llegar a ver la luz de la felicidad, debiendo apuñalarme el corazón para no sentir este martirio, y aunque duela el alma debo reconocer que no es una fantasía lo que puede ocurrirme, es cierto que suena a enfermedad, y es enfermedad ciertamente.

ANNY

Casi siempre suele suceder que el amor ciega a las personas que no quieren ver más allá de su mundo, sin desearlo o al menos sin pensarlo.
Por aquella ocasión, Anny todos los viernes se encontraba con Byron al pie de la barra, conversaban y bebían casi toda la noche hasta que el bar cierre sus puertas. Hasta allí llegaba el candor de su vida y comenzaba la tortura de una semana interminable de solo pensarlo, de no tenerlo a su lado, sin tener el exquisito aroma de cerveza y cigarro que salía de su boca cuando se inspiraba y refunfuñaba de la vida o conversaba de Márquez y sus obras, sin verlo, sin poder mirar a sus ojos llenos de tristeza y misterio.
Dos años atrás se habían conocido en aquel bar, ella con sus amigas y él, como de costumbre, solo en la silla siete con una cerveza y la cabeza gacha, más le dio por acercarse a él y entablar conversación, los dos se encontraron admirados de la intelectualidad del otro mientras bebían y fumaban dulcemente.
Más nadie pensó que se enamoraría perdidamente de él.
Algún siete de febrero le daría la grata sorpresa a su acompañante de tertulias al llevarle tan enorme regalo de cumpleaños, él no quiso aceptar ya que debía ir al festejo que le tenía su novia de hace tres años, ella pudo ver la cruel realidad que se dibujaba en aquel momento, pero al final insistió tanto que se lo llevó agradecido en su brazo.
Al abrir el paquete Byron observó que era un encendedor y un libro de Sartre, específicamente “la Nausea”, se encantó y sonrió al ver tamaño regalo, al libro lo arrinconó en su perchero al lado de “El Diablo y Dios”, más no se daría cuenta de la inscripción sino años más tarde.
Llegó el próximo viernes al de su cumpleaños, la esperó y nunca llegó, pasaron los viernes y no aparecía por ningún lado, es cuando se hizo a la idea de no volverla a encontrar.
Por alguna ocasión la vio en un carro blanco cerca al parque central, corrió a toda velocidad pero fue imposible alcanzarla. Pasaron los meses y años, terminó con su novia por esas cosas donde intervienen terceros, tal vez más guapos o con más dinero quizás, al tiempo que caía su venda de los ojos.
Era viernes y al mirar en su perchero vio un libro café polvoriento, lo sacó y fue al mismo bar, pidió su cerveza de costumbre y echó a leer, se encontró con un mundo tan sorprendente y al acabar de leer vio la inscripción con lápiz que decía:
“Algún día espero y quiero ser tu Anny, con cariño Dayana”
Hasta ese momento Byron no había sabido que su compañera de filosofía y tragos de hace algunos años tenía aquel nombre, pero con un seudónimo que daba mucho a Sartre y que le daba inspiración a la vida del escritor y su lector.
Empezó la búsqueda por todas partes, necesitaba verla y pedirle perdón por su ceguera, por no haber visto más allá de lo que apuntaba su nariz, dos años de búsqueda por todas partes y con la ilusión de que un viernes aparecería en el bar del encuentro, más no sucedió.
Un veinte de febrero de algún año después, el bar se encontraba por primera vez cerrado ya que había fallecido el padre del dueño de la taberna y sin tener nada que hacer fue a otro, y allí estaba ella, tan hermosa y radiante cual ángel en tiempos de guerra, estaba con las mismas amigas de aquella primera noche, no la había reconocido así en el bar, no había podido palpar la belleza de sus ojos saltones y su boca de fresa, tenía miedo que no fuera ella, pero se envalentonó y se acercó a ella.
-Anny?
-Hola Byron
Se levantó de su asiento y se dieron un gran abrazo, le pidió cinco minutos para conversar, ella accedió. Le contó todo lo que había pasado desde aquella vez que le había dado tan increíble regalo, de la falta que le había hecho, más ella no pudo conversar mucho ya que sus amigas se iban del lugar, intercambiaron teléfonos y la cita quedó para el próximo viernes pero no en el mismo bar, ya nunca más sería en el bar de los encuentros.
En la avenida Melancolía se sentaron a tomar un café con su cómplice el cigarro, el clima estaba frío, él con el libro en la mano y dieron lectura a las frases que más los había impactado, conversaron de sus vidas hasta que para Byron llegó lo último que pensaba escuchar:
-“Estoy casada y feliz, con una hermosa niña, vivo en la capital y regreso el próximo martes.”
Byron solo supo ser político o hipócrita que es lo mismo y desearle la mayor felicidad para ella y su familia.
-Bueno tengo que irme.
-No te vayas! dijo Anny
Lo agarró sutilmente de la mano para que no se marchara, y de la nada nació un gran beso, que no sólo lo sintieron los labios sino también sus almas, luego les entró una vergüenza de nada, él le devolvió el libro y le dijo que ese era su regalo.
Quedaron en salir al otro día, el bar era el mismo del encuentro de aquella primera vez, él la esperó y la esperó, más nunca apareció, la llamó al teléfono que desde aquel día había dejado de ser de ella, volvió a la búsqueda y nunca más la encontró.
A día de hoy, ella vive en su palacio con su Romina y su buen esposo, o al menos así él la sueña mientras juega a ser escritor esperando algún día encontrarla o al menos al libro que desde aquel momento en que se lo había entregado había provocado un vacío en su alma.

LA MISERIA: EL CUENTO QUE NO QUISE CONTAR

Me pongo cómodo en mi alcoba, la ventana abierta, un espejo medio roto, frente al escritorio con un cigarro en la boca el humo va golpeando mi cara, bebo un poco de agua cada que se reseca la garganta, escucho exquisita trova.
Más de dos horas intentando escribir una historia y nada, comencé a ofuscarme, a romper montón de hojas casi en blanco, me vestí con lo primero que encontré, salí a caminar, mientras despejaba la mente pensaba en diversas opciones, incluso especulé en plagiar alguna historia de Gabriel García Márquez, analizando algunas de sus obras, comenzando por Crónicas de una Muerte Anunciada hasta Vivir para Contarla, pero ¿donde quedaría mi ética? y aún más, la falta de respeto a quien ha sido maestro y amigo, más no es que haya tenido la grata impresión de tenerlo conmigo en alguna que otra charla, pero se dice que “el leer los libros de todos los tiempos es como tener una conversación con todos los escritores que han pasado por todos esos años”.
Pensando que crear, pero moría en cada intento, podían pasar las historias más asombrosas, eróticas, peligrosas y misteriosas, pero ya tenían todas un parecido con alguna historia de célebres legendarios escritores, mi mente se cerró a toda posibilidad de una buena historia.
De regreso a casa me encontré con un niño a las afueras de un antro, que tenía más pinta de cabaret barato que de bar mal añejado, cansado de andar me senté a conversar a su lado y sin alzar la cabeza me pidió una moneda levantando temblorosamente la mano, media curtida y sucia con sus uñas que no eran negras sino azules de la mugre acumulada, estalló en sollozo trágico demostrando la maldita vida que lo acechaba, quiso correr y lo agarré suavemente del brazo, al darse vuelta no era más que un anciano de unos 10 años con el rostro apaleado, moreteado, con ojos tan hinchados de lagrimeante sangrado y en mi mente impávida solo el eco de mi frustrante rencor agrio, de la puta pobreza y sus amargos rostros destrozados.
- ¡No te marches!, le dije suavemente.
Se sentó angustiado, con vergüenza de mostrar su cara, lloraba, y solo de cansado no pataleaba, no sé como no me atreví a llorar mientras me desgarraba por completo el corazón, no sabía que le acontecía.
- ¿Qué angustias tienes en tu alma?
Solo respondió con una maraña de palabras, una hilera torpe que se enredaba con la garganta mientras las lágrimas no cesaban, no podía entender nada, al tiempo que le pedía que se tranquilizara.
Una vez recobrado el aliento supo indicarme.
- Mi padre casi siempre me mata, con golpes de puño, cachetadas, patadas, sin mencionar las simples pisadas, no necesita estar ebrio para hacerlo, y peor aun si no llego con los desgraciados dólares.
Me di cuenta que simplemente aquel juguete niño era muñeco de arena a favor de la desgracia.
- ¿Para qué el dinero?
Pensó, retomó un sorbo de aire amargo, respondió indignado
- Es para mi padre, él no trabaja, lo perdió todo en una feria de bancos congelados o algo así, se fue un presidente y muchos se quedaron sin el camellito y me toca mantener el hogar, pero la lustrada, la caridad ya no alcanzan.
Seguramente se refirió este niño a aquel feriado bancario, a los gobiernos corruptos y gobernantes que grandes arcas estatales se han llevado junto a nuestras esperanzas y dignidad humana, que marcaron la vida de muchas personas. Comprendí también que al referirse que la lustrada y la caridad no alcanzan, es posible que en un futuro ese niño sin educación, sin valores y sin buenas costumbres, de condiciones precarias, entrará a ser parte de los pequeños bandidos de nuestras veras, sin que se salve de la putrefacta cárcel del mañana.
Se logró soltar de mi mano, corrió, mientras inmóvil observaba como la injusticia en rostro de amargo niño se alejaba, para ser simple historia que estaba buscando.

Introducción

Creo que la mejor amiga del escritor es la soledad, ya que abarca toda su persona, y cuando lo comienza a asfixiar, saca todo su corazón a relucir en un papel. Lo digo por mí, que cuando conocí la felicidad, el papel era una blanca hoja, el corazón no me decía nada y era un desconocido para el pensamiento, pero ahora cambio mis palabras y mis libros por volver a tener una sonrisa en la boca.