sábado, 20 de febrero de 2010

GÉNERO Y DERECHOS HUMANOS

Es cada vez más común hablar de feminismos en plural.
De sus diversas tendencias feministas, sus propuestas centrales y las principales críticas que han recibido.
Es menester señalar que el feminismo tiene la pluralidad pero busca en común la unidad, “al interior del feminismo … se discute la verdadera utilidad del “agrupamiento” bajo un mismo denominador … en la importancia que tiene el unir esfuerzos para lograr posicionar el tema de la opresión de las mujeres dentro del debate académico”[1], a lo que en pocas palabras podríamos definir, el proceso de saberes mediante la revolución de paradigmas del conocimiento partiendo de la realidad hacia la teoría[2].
Dentro de esta pluralidad de feminismos nos encontramos con los siguientes:
1.1.- LOS FEMINISMOS LIBERALES, o a los que podríamos definir como feminismos de la igualdad, entre los cuales encontramos el clásico, el social y el socialista
1.1.2.- FEMINISMO CLÁSICO.- Su tendencia se centra en la búsqueda de la igualdad de oportunidades para Mujeres y Hombres, mismos que se ubican en un contexto histórico y de paso decir, tienen sus raíces en la Revolución Francesa con el movimiento sufragista de los Siglos XIX y XX, buscando incluir a las mujeres como titulares de derechos mismos que disfrutaban los hombres.
Sus propuestas se basan en: El acceso a la educación, empleo formal y a la política, ya que las mujeres son capaces igual que los hombres y que deben tener la misma titularidad de los derechos, por otra parte, sus esfuerzos se dirigieron contra las normas jurídicas que excluían a las mujeres de ciertos derechos, como lo es el derecho al voto, ciertas normas laborales que restringían el acceso a las mujeres a ciertos empleos y horarios, contra las reglas de potestad marital, y las restricciones a la educación superior, así como la búsqueda de la despenalización del aborto[3].
Un ejemplo claro es la que con orgullo señalo, mi coterránea Matilde Hidalgo de Procel, la primera mujer en acceder al ejercicio al voto y al estudio a nivel del Ecuador[4]
Las críticas que se le dan a esta corriente es la de no valoración de lo femenino, ya que se tiene que el modelo de lo humano es lo masculino por ser más valioso, por otra parte la igualdad formal que profesan son insuficientes.
1,1,2,- LIBERALISMO SOCIAL Y SOCIALISTA, En las primeras podemos ver su tendencia que se la analiza desde las igualdades materiales o reales, para las segundas, la igualdad debe darse en cuanto al acceso de recursos, en otras palabras, para las primera si no existen los recursos materiales no existe libertad, no puede haber una distribución desigual de recursos, las segundas sostienen que la subordinación de las mujeres hacia los hombres es propia del sistema capitalista, es decir, en los dos casos se busca o se demuestra la opresión que han sufrido las mujeres a manos de los hombres desde una concepción marxista.
Los aportes se fundamentan en: Revalorización del trabajo que ejercen las mujeres, el recamo de una verdadera igualdad real, la búsqueda del tratamiento especial en lo relacionado con sus funciones de reproducción, la igualdad salarial, y seguridad social.[5]
Un ejemplo lo tenemos en el Art. 34 de la Constitución Ecuatoriana: “El Derecho a la Seguridad Social es un derecho irrenunciable de todas las personas, y será deber y responsabilidad primordial del Estado…”[6]
Las críticas a esta corriente es básicamente por el desprestigio que tuvo la izquierda en esos tiempos, más las críticas del feminismo clásico[7]
1.2.- FEMINISMOS DE LA DIFERENCIA, o culturales, su tendencia se dirige en esencia a mostrar las diferencias en el razonamiento moral de mujeres y hombres, por lo que el razonamiento de lo femenino no se valoriza, aquí los hombres aceptan la sexualidad pero incluyen jerarquías.
Los aportes se dan en reivindicar las diferencias, aunque muy poco se ha hecho, pero ha puesto su énfasis en el derecho a la familia.
Las críticas hacia esta corriente se da cuando se esgrime que el feminismo es privado, siendo que el feminismo es una construcción social.
1.3.- FEMINISMO RADICAL.- Sostiene que la estructura fundamental de la sociedad es el género, para una verdadera distribución del poder.
Los aportes se ubican en el campo de los derechos sexuales, en la transformación de estructuras sociales, el control del cuerpo de la mujer, ya que las normas jurídicas permiten el acceso del hombre a la sexualidad de la mujer, claro es: penalización de violación entre cónyuges, regulación del acoso sexual, protección a la mujer en los procesos de violación, penalización de la pornografía (aunque aun no ha tenido el fortunio de ser introducido en las normas)
Ejemplo concreto encontramos en las normas que rigen para la violación, como el acceso carnal a una persona sin voluntad, esto lo señalan los artículos 512 y subsiguientes del Código Penal Ecuatoriano
Críticas: Por su radicalismo, señalar que el patriarcado debe ser acabado de raíz cuando en la realidad parece ser inamovible.
1.4.- FEMINISMO POSMODERNO.- La tendencia se define en que la aprehensión no es el género sino la raza, la orientación sexual, la etnia y la condición social, y se caracterizan por su idea que el sujeto no es más que una construcción social, por lo que no puede tener ninguna esencia.
Sus propuestas se basan en oponerse al binarismo y en celebrar las diferencias de los sujetos, expone su crítica al patriarcado, a los dualismos y jerarquizaciones.
La crítica que sufre esta corriente es que se corre el riesgo que al diferenciar a cada mujer se produzca la división del feminismo.
El ejemplo más claro en el que se ha concretado propuestas feministas en el reconocimiento y vigencia de los Derechos Humanos en el Ecuador, es el que se plasma en el Art. 43 de la Constitución mismo que manifiesta: “El Estado garantizará a las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia los derechos a:
1. No ser discriminadas por su embarazo en los ámbitos educativo, social y laboral.
2. La gratuidad de los servicios de salud materna.
3. La protección prioritaria y cuidado de su salud integral y de su vida durante el embarazo, parto y posparto.
4. Disponer de las facilidades necesarias para su recuperación después del embarazo y durante el periodo de lactancia” (Feminismo Liberal social y socialista).

El Ejercicio del Poder se Encuentra Atravesado por el Género.
Dentro de esta afirmación, Walby le daría el nombre de Regímenes del Género al patriarcado, en donde el hombre tiene el papel preponderante en el poder sobre la mujer.
Linda Mcdowell advierte que el poder al que se refería Conell, se da porque al no poder elegir la mujer no le queda otro remedio que aceptar el orden de género dominante.
Kate Millet afirma que el sexo tiene dimensiones políticas que casi siempre se desconocen, lo que daría como resultado la invisibilidad a la que abajo me referiré con José Olavarría.
Conell señala que el principal eje de poder es la subordinación de la mujer al dominio masculino, lo que se denominaría patriarcado.
Joan Scott se refería en relación al género que una forma de dar significado al poder se basa en la diferencia sexual que se refleja en lo simbólico, normativo, institucional, subjetivo.
El poder para Foucault no es piramidal sino como una red en donde existen dominadores y subordinados, para ella, el poder está en los discursos, en la verdad.
Los diversos feminismos[8] se refieren al poder en medida de la opresión de las mujeres por parte de los hombres.
Alda Facio también advierte en uno de sus 6 pasos para democratizar el derecho, que se debe tomar conciencia de la subordinación del sexo femenino.
Para Foucault el poder se maneja mediante discursos y prácticas sociales sobre lo sexual. Opera mediante leyes, aparatos e instituciones que ponen en movimiento relaciones de dominación.
Gabriela Castellanos aporta a esta premisa cuando se refiere a que son muchas veces las mismas mujeres las que contribuyen a su propia subordinación, “están usufructuando del mismo poder que las subyuga como mujeres”.
También se encuentra el poder en el género, no solo de la subordinación de las mujeres, sino de lo que Foucault llamaría la hegemonía heterosexual sobre lo distinto.
El feminismo es una posición política que consiste en el reconocimiento de la jerarquía social entre hombres y mujeres, que la considera históricamente determinada e injusta y busca eliminarla, dice Castellanos.
Es de importancia señalar el aporte de José Olavarría “El referente de masculinidad dominante con sus discursos y mandatos, esta manera de ser hombre se ha transformado en lo natural,…el resultado es que invisibiliza el poder de los varones sobre las mujeres y de algunos hombres sobre otros. Esta invisibilidad permítelas relaciones de poder y al mismo tiempo las reproduce, gracias a la dinámica de lo no existente”.
Desde mi perspectiva el ejercicio del poderse encuentra atravesado por el género y se demuestra en los discursos públicos y las prácticas sociales que no son perceptibles a simple vista, no solo de subordinación de la mujer en los diferentes contextos históricos, raciales, étnicos, de clases, sino de la hegemonía de lo heterosexual sobre lo que se podría denominar lo distinto.
Como ejemplo tenemos:
En la iglesia católica desde sus inicios las mujeres siempre han sido hasta la actualidad objeto de subordinación, sé que es un poco cómico este ejemplo pero se refiere a que las monjas siempre van a tener rango inferior a un cura, por más que tenga el titulo de madre superiora, no pueden celebrar misas, y nunca vamos a encontrar una monja que sea Papa.
[1] Isabel Cristina Jaramillo ”La Crítica feminista al Derecho”, en Ramiro Ávila, Judhit Salgado y Lola Valladares, comp., El Género en el Derecho. Ensayos Críticos, Série Justicia y Derechos Humanos. Neoconstitucionalismo y Sociedad, Quito, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos/ UNIFEM/ Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 2009, pág. 108, 109.
[2] Véase Vargas Virginia, “Las Miradas y Estrategias Políticas Feministas en el Nuevo Milenio : Una perspectiva desde América Latina”
[3] Op. Cit. Isabel Cristina Jaramillo
[4] Matilde Hidalgo de Procel, Primera mujer en estudiar en un colegio que a su tiempo era masculino, el colegio Bernardo Valdivieso de la ciudad de Loja y medicina en la Universidad de Cuenca.
[5] Igual piensa Pollock en el comentario que transcribe Linda Mckdowell, en “La Definición del Género” sobre el feminismo socialista
[6] Constitución Política del Ecuador 2008
[7] Op. Cit., Isabel Cristina Jaramillo. A especie de nota es necesario advertir que estas críticas nacen de las feministas de la diferencia.
[8] Los diversos feminismos son los desglosados en la pregunta anterior.

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