CABALLO DE CARTÓN
He caminado por los paisajes del maravilloso mundo buscando un caballo de
madera, de piedra, de sal o de cartón prensado, uno para mi casa, lo compro nuevo, viejo, grande,
pequeño o usado, eso sí, tiene que tener alas.
El color? El que les plazca.
No importa si sus alas están oxidadas, solo quiero que sepa volar por la
capital y regrese en las noches a mi alma, que sepa defenderme de los fantasmas
y me lleve al olvido con el viento ganando batallas.
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