DE LAS HORAS Y LOS KILÓMETROS
Perdona por extrañarte tanto pero estás a kilómetros de mis abrazos y yo a
horas de tus besos. Disculpa por pensarte tanto si hasta los duendes verdes de
Guápulo me recuerdan tus ojos. Otra vez perdona si me fijo en el arte de los senos
que llevas en el cuerpo si es en cada colina que desciendo y de regreso trepo
queriendo esculpirlos como perfecciones llevas puestas. Por último pido
disculpas por amarte cuando la lluvia me deja triste y abandonado en la negra
calle de la que siempre será tu casa.
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